¿Qué es conocer a Dios, y con qué
propósito procuramos el conocimiento de Él?
Lecturas para el día: Salmos 122;
Isaías 1:10-20; 1Tesalonicenses 1:1-10; Lucas 20:1-8.
Yo llamo devoción
a los beneficios que promueve el conocimiento de la unión de la obediencia con
el amor de Dios. Porque hasta que los hombres reconozcan que le
deben todo a Dios, que ellos se nutren
de su cuidado paternal, que Él es el Autor de todo su bienestar, que no
hay que buscar nada más allá de Él, que nunca cederá su voluntad de servicio. Nunca se darán realmente y
sinceramente a Él, a menos que construyan su felicidad completamente en Él.
No se le puede
observar claramente a menos que usted reconozca que Él es la fuente y origen
de todo bien. También
se plantearía el deseo de aferrarse a Él y creer
en Él, a no ser por el hecho de
que la depravación del hombre
seduce a su mente alejándole de la búsqueda de Él.
La mente piadosa
no sueña para sí mismo cualquier dios que le plazca,
sino que solo considera el único Dios verdadero. Por lo tanto reconoce a Dios porque sabe que Él gobierna todas las cosas,
y confía en que Él es su guiador y
protector, por tanto, se da por
completo a confiar en Él.... Además, esta
mente se abstiene de pecar, no solo
por el temor al castigo, sino porque ama y venera a Dios como Padre y
le adora como
Señor. Incluso si
no existiera el infierno, todavía se atemorizaría
de solo ofenderle a Él.
Aquí, en efecto
es la religión pura y verdadera: la fe unida con un serio temor de Dios, que este temor
también abarca la disposición a la reverencia y lleva consigo la adoración
legítima como se determina en la ley.
Por lo tanto,
solamente es la adoración a Dios lo
que hace a los hombres superiores a
los necios, y por
esto solo aspiran a la inmortalidad. (Institutos de Juan Calvino 1.2.1, 2)
Oración:
Ayúdanos a los que estamos aquí
y en toda la tierra, a mantenernos
en completa paz y tranquilidad, servirte con toda devoción, virtud, y entrega; ha experimentar Tu protección ante
el miedo a nuestros enemigos, y darte
alabanzas todo los días de nuestra vida, por
Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Amen.
Traducción de las Devociones de Adviento
“Preparándonos para la llegada de Jesucristo” de los escritos de Juan Calvino,
compilados y editados por Edwin Gray Hurley en el volumen 15 (4) de Theology Matters