El Domingo de Comunión Mundial y la Ofrenda de Paz Presbiteriano se han celebrado el día de Comunión Mundial desde mediados de los años ’30s. Con la Gran Depresión y la gran preocupación de la posibilidad de otra guerra mundial, un grupo de ministros presbiterianos se reunieron para orar y hablar sobre el papel de la iglesia en esos tiempos. Redescubrir el poder unificador de Cristo en la Cena del Señor, que reafirmó que en Cristo todos los cristianos son uno, independientemente de su nacionalidad, raza o etnia. De la reunión salió el primer Domingo de Comunión Mundial en 1936.
A mediados de la década de 1970 otra generación de presbiterianos revisó la celebración del Domingo de Comunión Mundial. Muchos miembros de la Iglesia Presbiteriana Unida en los Estados Unidos de América sintió la urgencia de trabajar por la paz, y treinta y un presbiterios enviaron preludios relacionados a la reunión de la Asamblea General.
Como resultado, la Asamblea General 187 de 1975 encargó al Consejo Consultivo de la Iglesia y la Sociedad "para reevaluar el concepto de establecimiento de la paz... a la luz de la fe bíblica y confesional:" El Consejo Asesor creó un “task forcé” presidido por el Rev. William Creevey, de California, para estudiar y preparar un informe sobre el establecimiento de la paz.
Los miembros del “task forcé” se reunieron, oraron, y estudiaron, y luego llegaron a la conclusión de que la paz es fundamental para el evangelio y la misión de la iglesia. Su trabajo fue un llamado dirigido a la vida interna de los presbiterianos que se comprometan a trabajar por la paz individual y como iglesia. Un compromiso con la paz tendría que reflejarse en la estructura y la finanza de la iglesia para traducirse en acciones. El “task forcé” recomendó la creación del Programa Presbiteriano de la Paz y una ofrenda especial para financiar la labor de establecimiento de la paz.
Para fomentar la participación creativa de los presbiterianos, el “task forcé” recomendó que por primera vez los ingresos de la Ofrenda de Paz Presbiteriano se dividan a todos los niveles de la iglesia. Las congregaciones se quedarán con el 25 por ciento, sínodos y presbiterios recibiría el 25 por ciento y 50 por ciento iría al programa nacional de la iglesia.
El “task forcé” acordó que el Domingo de Comunión Mundial, cuando los cristianos en todas partes celebran su unidad en Cristo, era el momento ideal para recibir la ofrenda que se utilizara para el trabajo de paz en el nombre de Cristo.
La Asamblea General 192 de 1980 adoptó el trabajo del “task forcé”, "Pacificadores: Un llamado a los creyentes"; hoy Treinta años después los presbiteriano siguen trabajando por la paz y utilizan la Ofrenda recibida este día para financiar ese trabajo.
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