martes, 6 de diciembre de 2011

Devoción de Adviento para el 6 de diciembre

Léase el Salmos 146 y Mateo 22:34-36

Durante esos tiempos en la vida cuando caminamos por “el valle” de las tormentas más oscuras o los océanos más profundos, la comunidad de fe nos circunda con sus armaduras y cuida de nosotros.  Esto me sucedió recientemente mi nieto, Jacob, paso nueve días en el hospital.  Cuando Jacob estuvo mejor  retorne al trabajo.  El Salmos que se leyó ese día en la capilla fue el Salmos 146: “Afortunado el que recibe ayuda del Dios de Jacob”.  Mis amigos, que habían estado orando durante su enfermedad, se alegraron de la feliz coincidencia y declararon el Salmos 146 como el Salmos de Jacob.
Nuestro Dios es el Dios de la compasión que “levanta los que son doblegados”.  Porque seguimos a este Dios, nosotros, también, somos llamados a ser personas de compasión.  No solamente necesitamos ayuda nosotros mismos; sino que nosotros también somos llamados a ayudar en el nombre de Dios.

Durante este tiempo en que damos y recibimos regalos, recordémonos de incluir entre nuestros regalos el dar a otros el regalo de la compasión.
ORACIÓN

Que el regalo de Jesucristo el niño que nació en Belén, nos recuerde que debemos amar a otros de formas inesperadas y compasivas.  Amén.
Debby Vial, Asociado de los Cuerpos de Pacificadores, Programa Presbiteriano de Paz IP(EUA), Louisville, Kentucky

lunes, 5 de diciembre de 2011

Devoción de Adviento para el 5 de diciembre

Léase Mateos 22:23-33

Cuando niño aprendiendo de los personajes bíblicos en la escuela bíblica dominical, fui enseñado que “los saduceos no creían en la resurrección, por lo que estaban insolentes”.  Esto quizás había sido un buen  instrumento de prestigio, pero no era correcto.  ¡Los saduceos parecen algo malvados cuando tratan de enredar a Jesús con su teología-de hecho, mientras tratan de hacerlo caer en su trampa parecen absolutamente alegres!  Cuán impresionante es el joven e inculto  Jesús, quien se para ante las elites religiosas de su época diciendo plenamente, “están equivocados”.
Lo habían interpretado todo erróneamente: las Escrituras; su conocimiento de Dios; y sus prioridades. Jesús desecha  el concepto de las relaciones sociales en el cielo y les recuerda que Dios no es Dios de los  muertos, sino de los vivos.  ¿Pero para ilustrar el punto, por qué Jesús se referiría a los antepasados si todos habían muerto hacia largo tiempo?

Este Dios de los vivos,  nos dice Jesús, obra a través nuestro en este mundo-no sólo durante nuestras vidas, pero también a través de las generaciones.  Dietrich Bonhoeffer, en su libro Ética (escrito mientras estaba en la prisión por resistir el régimen de Hitler), escribió que todas nuestras decisiones morales tienen que ser basadas en nuestra alianza con las generaciones futuras.  ¡Hoy nosotros enfrentamos muchos desafíos: asuntos ambientales; la pobreza; recursos públicos limitados para la educación, vivienda, seguridad pública, y asistencia médica.  Dios nos llama a comprometernos con estas luchas de la vida hoy y especialmente a las generaciones futuras.
ORACIÓN

 ¡Dios vivo, te agradecemos porque Tú eres el Dios de vida!  Ayúdenos a expandir nuestra visión como pacificadores para copiar  el significando y la fuerza de nuestros antepasados y trabajar por la justicia que traspasa las generaciones.  Amén.
Rev. Dr. Katie Day, Profesora del Seminario Teológico Luterano de Filadelfia, Filadelfia, Pensilvani

domingo, 4 de diciembre de 2011

Devoción de Adviento del 4 de diciembre

Léase Lucas 1:57-66 y Amos 6:1-14

En muchas ocasiones la gran misericordia de Dios nos parece diminuta al principio.  Aquí está a Juan, un bebé dando gritos.  Dentro de treinta años será un hombre cuya voz desafiara un imperio, cuya manera de mantener la paz suprime violentamente cualquier oposición. Sus palabras todavía desafían imperios, si somos capaces de oírlas.  Manténgase leyendo si tiene alguna duda acerca de esto, con su discurso de un Espíritu de fuego que barrerá la paja muy lejos y bautizará  a los valientes a una nueva vida.
En una era donde las asambleas de personas ponen nerviosas a las autoridades, Juan atrae un flujo constante de observadores al rio Jordán.  Entonces, los envía a casa cambiados, esperando a un Salvador, pero también viendo el mundo alrededor de ellos de forma distinta.  Si tiene dos abrigos, regala uno.  Él dice, no pases tu tiempo acumulando cosas materiales. Si tienes poder, no abuse de el.

Como el escritor del evangelio de Lucas nos promete, la pequeña dádiva de ser madre de un bebe  a una mujer desilusionada, se convierte en una gran bendición para un pueblo.  Además, el tiempo no puede reducir al silencio su voz.  Entonces alégrese hoy.  Alégrese con Elizabeth, esta anciana que es nueva madre y con sus vecinos que comparten en su alegría.  Y entonces, espere.  Espere y vea lo que Juan tiene que decirnos a nosotros, aquí y ahora.
ORACIÓN

Dios Amable, Tus misericordias se nos ofrecen alrededor nuestro tanto en la luz de cada mañana como en la calma de la noche.  En esta Época de Adviento, abre nuestros ojos y labios, purifica nuestros corazones y nuestros espíritus, y alista nuestros cuerpos y oídos.  Que nuestra  espera esté vigilante de Tu presencia purificadora en el mundo. Amén.

Valéry Nodum, Asociada Asuntos Internacionales del Programa de Hambre de la Iglesia Presbiteriana, Louisville, Kentucky

Devoción de Adviento del 3 de diciembre

Léase Salmos 90:3-6

¡Ah, cuán pequeño somos ante los ojos de Dios!  Mil años son como un “ver” -una tercera parte de la noche.  Crecemos y marchitamos como la hierba en un día.  Dios nos barre como pelusa suelta.  A lo sumo la vida es corta y entonces morimos.
¿Pero entre nuestro principio y final, cómo vivimos?  Unos años después de la muerte de mi abuela se me presento en un sueño.  Estaba sentada en un sofá gris, mucho más joven y elegante de cuando la conocí.  Me dije “¡Abuela, tu estas muerta!”.  “Crucé”, simplemente me contestó.  Su cara brillaba.

Entonces mi abuela se inclinó hacia delante para decirme un secreto.  “Sólo se feliz.”   Me desperté sorprendido.  
Pero el Salmista admitiría, preguntando a este mismo Dios eterno “enseñarnos a contar nuestros días para que podemos alcanzar un corazón de sabiduría.”  Y sí, se feliz.  Despiértese en las mañanas dichoso y alegre.

Tenga presente en su vida lo que usted hace consigo.  Esto es lo que Emily Webb en el juego “our town” le trata de decir su familia después de su muerte, cuando vuelve en su duodécimo cumpleaños.  Ellos corren por las conformidades de la vida, aún en un día bueno.  “¿Ellos no entienden?”, le susurra ella  a un amigo fantasmal.  “No, querida, ellos no entienden.”
Nacemos solamente una vez.  Tenemos el regalo de la Gracia de Dios.  Valore sus días de vida.

ORACIÓN
Enséñanos  cada día a enumerar nuestros días, para  que podamos lograr un corazón sabio.  Amén.

Rev. Dr. Kathryn Poethig, Profesor Asociado, Global Studies, CSU Monterey Bay, y miembro del Comité de Discernimiento de Gestión de Paz, IP(EUA), Seaside, California

Devoción de Adviento del 2 de diciembre

Léase Mateo 22:1-14

“Porque muchos son invitados pero pocos son elegidos”.
El publicar una invitación abierta y entonces criticar  a alguien por aparecer vestido inadecuadamente puede parecer grosero y en el peor de los casos totalmente cruel.  Al confrontar a los fariseos con la parábola del banquete de boda, Jesús nos desafía a todos nosotros a evitar sentir la certeza de que estamos entre los “elegidos”.

La escena era parecida a las de la semana de iniciación en los campus colegiales, cuando las fraternidades y las sororidades utilizan eventos públicos para proporcionar a sus miembros la  oportunidad de evaluar y criticar a potenciales candidatos de entre los estudiantes de primer año. Muchos procuran ser del selecto grupo de creídos dignos para admisión a las más exclusivas casas capitulares de las fraternidades y sororidades.  Pocos son seleccionados, a menudo basados en los estándares más superficiales de apariencia física o estatus privilegiado.
¿Más quién es, después de todo, sinceramente digno de ser escogido cuándo la invitación de Dios está disponible para todos?  Afortunadamente para nosotros, Dios ve a través de los atuendos superficiales en que otros se enfocan.  Dios revisa los corazones para ver quiénes somos, y no lo que nos parecemos ser o lo que poseemos.

Sólo Dios ve el mérito verdadero de las personas reunidas en la casa de Dios, y nosotros vivimos en la esperanza que nuestro amable Anfitrión nos juzgue dignos de estar allí.
ORACIÓN

 Oh Dios, nuestras vidas tienen el honor de haber sido favorecidos con Tú invitación a estar en Tú presencia.  Permite que nuestros corazones sean vestidos con la pureza necesaria para que podamos estar contigo por la eternidad. Amén.
Anc. Tony de la Rosa, Presbítero Ejecutivo Interino, Presbiterio de la Ciudad de Nueva York, Nueva york, Nueva York

jueves, 1 de diciembre de 2011

Devoción de Adviento del 1 de diciembre

Léase  2 de Pedro 3:11-18

“Pero, de acuerdo con su promesa, nosotros esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde la justicia está en casa”.
Habiendo servido durante cinco años como misionero del Proyecto “RECONCILE”, una organización en pro de la paz en Sudán del sur, sé que las personas envueltas como pacificadores toman muy seriamente estas palabras del apóstol Pedro.  Enfrentando la “fealdad” de la vida, como son los conflictos étnicos, la violencia doméstica, la usurpación de las tierras de campesinos indígenas, ellos esperan de todo corazón por el día en el que el “león descansara junto con el cordero”.

Mis colegas africanos en RECONCILE no desean simplemente el que Jesús venga y cambie todo para bien – como seguramente Él lo hará.  Ellos escogieron enfrentar, antes que evitar, la fealdad. Ellos creen firmemente que el nacimiento de Cristo ha anunciado el Reino que es “aquí, pero no todavía”. A causa del prorrumpir del Espíritu Santo en Pentecostés, ellos confían que el Espíritu de Dios los ha facultado con la fuerza, la sabiduría y la gracia para trabajar valientemente en asuntos de reconciliación, los derechos humanos y la rehabilitación psicosocial.  El personal de la misión, los Reverendos Nancy y Shelvis Smith-Mather, juntos con los colegas de RECONCILE, procuran compartir la esperanza que impregna el Niño Jesús  en un lugar, añorando la paz desesperadamente.
ORACION

Dios Amable, permanece con el personal de RECONCILE y los Reverendos Smith-Mather, facúltalos con Tu Espíritu Santo mientras trabajan por la paz y la justicia en el nuevo país de la República de Sudán del Sur.  Amén.
Rev. Debbie Braakmsa, Coordinador del Área de África de la IP, Louisville, Kentucky