Léase Mateo 21:12-17
Pensamos en el Adviento como un
tiempo de preparación para celebrar nuevamente el nacimiento de Jesús. En la lectura de hoy, nosotros encontramos no aun
bebé sino a un Jesús adulto. Jesús entró
al templo y vio a mercaderes vendiendo animales a los peregrinos para los sacrificios
obligatorios de la época. Ellos
cambiaban las monedas romanas por dinero judío para que el impuesto del templo
pudiera ser pagado apropiadamente. Jesús
interrumpió la escena, volcando mesas y sillas.
Esta excitante historia parece
más apropiada para finales de la vida de Jesús que para sus comienzos. Pero aquí la tenemos. Nos preguntamos: ¿Se opuso Jesús a toda la
actividad comercial en el templo? ¿O sólo a la explotación de las personas por
los que controlaban los rituales de pureza y el acceso a Dios? En cualquier
caso, o en ambos casos, sus acciones invitan a las personas a cambiar, empezar nuevamente.
El colocar esta historia aquí, en
el Adviento, nos invita también a comenzar otra vez. Comenzar nuevamente en nuestros corazones, en
nuestras relaciones con Dios, en nuestras relaciones con ésos a quienes nosotros
amamos y en nuestras relaciones con ésos a quienes no conocemos. Empiece otra vez a vivir una vida de andar
humildemente con Dios, buscando la paz, haciendo la justicia, y amándonos los unos a los otros. Empiece otra vez con confianza porque sabemos
quién estaba al principio... quien nos aguarda al final... y que quien nos sostiene
mientras tanto.
Oración
Dios de todas las épocas, has que
esta Época de Adviento sea un tiempo de renovación y nuevos comienzos en nuestras
vidas de discipulado fiel siguiendo a Jesús, cuyo nacimiento nosotros
celebramos. En su nombre nosotros
oramos. Amén.
Rev. W. Mark Koening, Director del Ministerio de las Naciones Unidas de
la Iglesia Presbiteriana, Nueva York, NY
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