sábado, 26 de noviembre de 2011

Devocion del 27 de noviembre de 2011

Léase el Salmo 24

Usted está leyendo esto, porque  está enterado que comienza la Época de Adviento.  Usted obtuvo este folleto porque probablemente esté  pensando utilizarlo como una ayuda en la experiencia de esta temporada de preparación y esperanza.  Y eso es una cosa buena.

A menudo cosas como esta pasan inadvertidas a diario.  Muchas veces las ignoramos y fallamos en reconocerlas.  Nos sucede como el paisaje hermoso en el camino, que no nos detenemos a observar.  En vez de eso, nosotros permanecemos concentrados en las demandas de nuestro diario vivir, interesados solamente en las obligaciones de nuestras rutinas diarias.  Nos adentramos en una temporada como el Adviento sin permitirle a esta entrar a nuestro vivir.  Usted no hizo eso, y eso es una cosa buena.

Todavía, podemos perder fácilmente eso que deberíamos notar, ignora al que está necesitado de  nuestra atención, desatender todas esas cosas que merecen nuestra consideración suprema, evitar eso que deberíamos estar haciendo.  Entonces utilizaremos  las meditaciones de este folleto para experimentar la Época de Adviento de este año, tomando tiempo para levantar nuestras cabezas más allá de sus páginas y permitir que el Príncipe de la Paz entre a nuestras vidas.  Identifiquemos esos lugares alrededor nuestros  que están necesitado paz: nuestros vecindarios sumergidos en la violencia, los jóvenes víctima de la intimidación (bullying), las familias que se sumergen en la pobreza, los desempleados que pierden la esperanza, los ciudadanos que realizan demostraciones en pos de la justicia, las comunidades devastadas por la destrucción causada por la guerra.

Recibamos este Adviento no solo con el comprensión sensata de estas cosas, sino también con la compasión sincera a la que Cristo, el Príncipe de la Paz, le ha movido para actuar como un pacificador.  Y eso será algo bueno.

Oración:

Oh Príncipe de Paz, ayúdanos para levantar nuestras cabezas para identificar los lugares necesitados de Tú paz, y llegar a ser los pacificadores que Tú nos llamaste a ser. En Tú nombre oramos, Amén.

Rev. Carl E. Horton, Planificador estratégico y facilitador de programa, Programa de Paz Presbiteriano, IP(EUA) Louisville, Kentucky.

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