domingo, 4 de diciembre de 2011

Devoción de Adviento del 2 de diciembre

Léase Mateo 22:1-14

“Porque muchos son invitados pero pocos son elegidos”.
El publicar una invitación abierta y entonces criticar  a alguien por aparecer vestido inadecuadamente puede parecer grosero y en el peor de los casos totalmente cruel.  Al confrontar a los fariseos con la parábola del banquete de boda, Jesús nos desafía a todos nosotros a evitar sentir la certeza de que estamos entre los “elegidos”.

La escena era parecida a las de la semana de iniciación en los campus colegiales, cuando las fraternidades y las sororidades utilizan eventos públicos para proporcionar a sus miembros la  oportunidad de evaluar y criticar a potenciales candidatos de entre los estudiantes de primer año. Muchos procuran ser del selecto grupo de creídos dignos para admisión a las más exclusivas casas capitulares de las fraternidades y sororidades.  Pocos son seleccionados, a menudo basados en los estándares más superficiales de apariencia física o estatus privilegiado.
¿Más quién es, después de todo, sinceramente digno de ser escogido cuándo la invitación de Dios está disponible para todos?  Afortunadamente para nosotros, Dios ve a través de los atuendos superficiales en que otros se enfocan.  Dios revisa los corazones para ver quiénes somos, y no lo que nos parecemos ser o lo que poseemos.

Sólo Dios ve el mérito verdadero de las personas reunidas en la casa de Dios, y nosotros vivimos en la esperanza que nuestro amable Anfitrión nos juzgue dignos de estar allí.
ORACIÓN

 Oh Dios, nuestras vidas tienen el honor de haber sido favorecidos con Tú invitación a estar en Tú presencia.  Permite que nuestros corazones sean vestidos con la pureza necesaria para que podamos estar contigo por la eternidad. Amén.
Anc. Tony de la Rosa, Presbítero Ejecutivo Interino, Presbiterio de la Ciudad de Nueva York, Nueva york, Nueva York

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