martes, 7 de diciembre de 2010

Diciembre 7


Lease 1 Tesalonicenses 5:12-28

He adquirido una mayor apreciación de María durante dos temporadas de Adviento, cuando yo estaba en licencia de maternidad o embarazada. La privación del sueño y los malestares matutinos facilitaron mi empatía con María. Aunque para nosotros esta temporada significa el nacimiento de la esperanza y el amor, me imagino que para María había una mezcla de emociones de alegría, miedo e incertidumbre. Como lo fue para María, nuestra vida puede estar llena de momentos en los que estamos celebrando la alegría y la tristeza.

Una Adviento, le dije a mis suegros que estaba embarazada de nuevo. En la misma llamada telefónica, me dijeron que mi suegro tenía cáncer de próstata, por lo tanto ligaron mi alegría y el miedo. Hemos orado mucho durante ese mes. En 2 Tesalonicenses 1:16-18, Pablo nos ofrece ánimo, diciendo: "Estad siempre gozosos, orad sin cesar, den gracias en toda circunstancia." A primera vista, Pablo parece dar una respuesta simplificada a algunas dificultades graves de la persecución que estaba experimentando. Sin embargo, Pablo nos desafía a pasar a una relación más profunda con Dios en la cual la verdadera esperanza nos haga posible dar gracias a perpetuidad en todo lo que hacemos.

En la noche que nació Jesús, María experimento la verdadera alegría en las condiciones más humildes.  En ese momento, se nos dio un increíble regalo que nos da una razón para estar siempre alegres. 

ORACIÓN

Dios de las alegrías y las tristezas, incesantemente te damos gracias por Tu regalo de amor y esperanza-un regalo que no sólo es la fuente de nuestras alegrías, pero que también conoce las profundidades de nuestro dolor. Amén.

Rev. Theresa Cho; Pastora Asociada; Iglesia Presbiteriana San Juan; San Francisco, California

No hay comentarios:

Publicar un comentario