Léase Isaías 52:7-10; Salmo 98; Hebreos 1:1-12; Juan 1:1-14
¡Día de Navidad! ¡He aquí la maravilla de este día - un día de profecías cumplidas! ¡Estad alegres y contentos! ¡El Hijo ha nacido!
El salmista exclamó que el Señor vendría a juzgar al mundo con justicia y a los pueblos con equidad, misericordia y fidelidad. ¡Nos alegramos! ¡El Señor ha llegado!
Isaías anunciaba los principios del mensajero que anuncia la paz, las buenas noticias del reino de Dios, la salvación de Dios hasta los confines de la tierra. ¡Nos alegramos! ¡El mensajero ha llegado!
Juan dio testimonio de que la vida que sería la luz de todas las personas, brilla en la oscuridad, que vendría a vivir entre nosotros lleno de gracia y de verdad. ¡Nos alegramos! ¡La luz ha despuntado!
El escritor de hebreos proclama la llegada del hijo primogénito, a quien le encanta la justicia y aborrece la maldad, cuyo reinado es para siempre. ¡Nos alegramos! ¡El Hijo ha nacido!
En este día llegamos al santo pesebre. Al igual que los Pastores y los Magos traemos nuestros dones para el recién nacido Príncipe de Paz: el don de la fidelidad según nos involucramos en el establecimiento de la paz y la justicia; el don de la obediencia a medida que el adoramos y proclamamos el señorío y amor de Cristo; el don de la justificación moral a medida que trabajamos por la justicia, la paz y el orden mundial humanitario.
ORACIÓN
Vemos la maravilla de este día, 0h Padre, el regalo del Niño Dios – Cristo. Júzganos con misericordia, concédenos la paz interior, ilumina nuestras mentes con la verdad, y concede que podamos ser llamados como Tus hijos, los constructores de paz. Amén.
Rev. Robert F. Smylie, Director Retirado de la Oficina de las Naciones Unidas de la Iglesia Presbiteriana, Tinton Falls, Nueva Jersey
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